La jueza mendocina (...) contó la odisea que vivió en Italia, al haber estado en el hundimiento del Costa Concordia. (...) nadó unos 200 metros en el Mar Mediterráneo para salvar su vida, debido a que ya no quedaban botes para poder escapar del crucero.
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Qué cíclope ni cíclope! Te la regalo, nadar 200 metros en un mar cálido! Ulises, la tenés adentro.
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